martes, 13 de enero de 2009

...por sensaciones...

Poco a poco mi memoria se deshace, mis recuerdos se desvanecen…pero aún así, en mi corazón sigue encendida una tenue luz de vela que alumbra el corto camino que me queda por recorrer, y en él, las personas que me acompañan. Amor, se que quiero a alguien, alguien que me mantiene unida a la vida, ¿eres tú?. Susurras una hermosa melodía, intentando abrir mis ojos, mis recuerdos, sabiendo que en otro tiempo, quizás cuando la vida aún inundaba mi cuerpo, habrías conseguido despertar una sonrisa, una mirada, o un simple gesto, todo por lo que ahora mismo estarías dispuesto a cambiar nuestras situaciones. Sí, inconfundible, único e igualmente especial que el primer día, o aquel más lejano al que llego a recordar. ¿Cómo confundir tu manera de mirarme?, aunque no te vea, ¿cómo olvidar tu voz?, aunque no te escuche, ¿cómo esquivar la dulce melodía de tus palabras?, aunque no las oiga…¿cómo irme y alejarme de ti?. Tú, la única persona capaz de hacerme reír, haces ahora que derrame una lágrima por mi pálida y fría mejilla. No puedo hacer nada para que me entiendas, no puedo hacer nada para gritar y que tú me oigas. Pero se que tú, dulce compañero, me entiendes, se que tú, mi aliado en esta batalla, escuchas mis palabras ahogadas, se que tú haces que, cada día, luche incansablemente por volver a sonreírte. Pero ya, en este momento, mi alma se consume, mi corazón se apaga y mis sentidos comienzan a ausentarse.
Porque te siento, se que estas cansado, tu alma ya no soporta el peso de este día a día que te hago pasar, tú, en cambio, te empeñas en seguir a mi lado.
Es hora de que tu cansado rostro recupere la luz que tuvo en un pasado, es hora de que nos hablemos en silencio para decirnos “adios” esta vez. Tus ojos se humedecen, lo siento. Tus manos se aferran a mis brazos, como si pudieras así mantenerme viva, pero yo ya me dispongo a comenzar este viaje de felicidad infinita.
Siento cómo pequeñas descargas eléctricas comienzan a bailar en mis dedos hasta entumecerlos…y poco a poco avanza esta sensación por el resto de mi cuerpo.
Ahora tu dulce melodía es todo lo que llego a escuchar, me invade esa cancioncilla que tan cariñosamente cantas, y es increíble, porque hace que me sienta feliz. Recuerdo cada detalle de tu mirada, cada rincón de tu cuerpo, y hasta puedo llegar a olerlo si agudizo un poco el olfato. Lo único que sería capaz de desear en este momento, es mantener esta sensación el resto de mi vida.

…Silencio…

Ahora siento paz, ahora se quién eres, ahora se cómo sonreías, ahora los recuerdos vuelven a mi, ahora es cuando, realmente, estoy viva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario